El pasado 8 de julio se celebraba en la localidad gallega de Ézaro la última prueba clasificatoria para el mundial master. Así pues esta edición del Gran Fondo Ézaro atrajo a ciclistas de gran nivel, en busca de plaza, que mostraron un gran espectáculo por la Costa da Morte y la cercana sierra.
Debido a esto, muchos corredores de la categoría se desplazaban hasta la Costa da Morte para disputar la marcha y tratar de obtener la clasificación.
Sin embargo la marcha no cambiaría su esencia, basando el atractivo de la prueba en un recorrido absolutamente espectacular por la quebrada costa gallega y sus duros puertos, tan cercanos al mar, que desde la cima siempre es visible.
Las exigencias de la UCI, que homologa estas pruebas clasificatorias que se disputan por distintos puntos del mundo, obligaba a la organización a ser más exquisitos si cabe con las medidas de seguridad.
Un excelente trabajo en este sentido, además perfectamente conjugado con la labor de una colaborativa guardia civil, que hacían que en el transcurso de la prueba todo estuviera bajo control.
Gran labor también en las instalaciones de meta, con carpas, zona de comida, bar, podiums, duchas, e incluso aparcamiento seguro para bicicletas.
Y qué decir de la sede, Ézaro, una localidad preciosa, con unos parajes y vistas inolvidables para los participantes y sus acompañanantes.
Un recorrido que se podría desgranar en tres partes diferenciadas. La primera de ellas, tras la neutralizada, una zona de repechos sin grandes desniveles, pero que claramente iba a seleccionar el pelotón delantero.
Una segunda zona bordeando la costa, aparentemente llana, pero minada de repechos, que haría que se formasen grupos y se estableciesen diferencias entre ellos.
Y la parte final, encadenando los puertos de Paxareiras y Mirador de Ézaro que definirían a buen seguro la prueba.
El primero de ellos, Paxareiras, con casi 8 kilómetros al 6% de desnivel, siendo la segunda parte más dura y constante.
Y el Mirador de Ézaro, final de etapa, famoso por haber sido ascendido en la Vuelta a España, con algo menos de dos kilómetros al 13%, con unas rampas en la parte central que llegaban a superar lo inimaginable, ¡el 30%!
También muchos participantes optarían por una versión reducida de la marcha, que eliminaba parte de los kilómetros de costa y la ascensión al puerto de Paxareiras, para aforntar directamente la subida final al Mirador de Ézaro.
También un buen número de profesionales y sub-23 portugueses, menos conocidos para el público español, pero que aportarían un nivel altísimo a la prueba.
Por otro lado, despertó mucha expectación la presencia del que fuera vencedor en la anterior edición, el triatleta local de fama mundial Gómez Noya.
Con motivo de la clasificación para el mundial, hubo una buena representación de corredores master de la zona Levante.
El Express Car ULB Crevillent acudía con uno de sus escaladores, Jesús Robles, que una semana después de proclamarse subcampeón de España de ultrafondo, cambiaba totalmente el chip y trataba de adecuarse a las circunstancias de esta prueba.
Buena representación también del Multiesports UC Montgó, que traía a su líder Javier Almela, así como a su veterano compañero Koldo, dispuestos a dar guerra en sus repesctivas categorías.
Otro equipo que apostaba fuerte por la clasificación era el Automóviles Gomis, que a la presencia asegurada en el mundial de Santateresa por su condición de campeón nacional, buscaba añadir la de Sergio Verdú y Antonio Verdú.
Y por otro lado, el Gsport Alma Wagen también tenía presencia con un corredor que es un seguro de vida, como Daniel Plaza.
La organización los agrupaba en la salida por grupos de edades, para tratar de aminorar el peligro en los primeros kilómetros, que en cualquier caso iban a ser neutralizados.
Una vez dado el pistoletazo de salida, a un ritmo controlado, empezaba la tensión en el grandísimo pelotón, con muchos corredores tratando de abrirse paso.
Esto provocó algunas caídas innecesarias, por enganchones y afiladores, aunque al parecer careciendo de gravedad todas ellas por suerte.
En uno de estos incidentes se vio involucrado el corredor de Express Car, Jesús Robles, que tras tambalearse sobre la bici, acababa en una zona de cuneta con zanja, afortundamente para él de hierba, donde podía echar el pie a tierra y reincorporarse.
Tras los primeros kilómetros neutralizados se daría la salida, siendo el complicado paso por la localidad costera de Muxía, al igual que en la anterior edición, el punto de partida de las hostilidades.
Los corredores portugueses tomaban el mando del pelotón y se empezaba a subir a toda velocidad, lo que provocaba numerosos cortes.
Rápidamente el grupo delantero quedaba seleccionado y pasaba de 1.400 a menos de 70 corredores.
Entre ellos se encontraban todos los favoritos, y todos nuestros representantes de la zona levantina, a excepción de Antonio Verdú, que acababa hincando la rodilla y quedaba encuadrado en un segundo grupo.
Almela, que empezaba mal colocado, debía emplearse a fondo para poder conseguir entrar en este grupo selecto.
Robles, Verdú y Plaza se mostraban muy sólidos, aguantando por el momento sin problemas el ritmo que marcaban los profesionales.
No obstante se seguían sudiendo ataques en algunos repechos, aunque sin éxito.
Cuando se entraba en la zona de costa, el viento que soplaba frontal a los corredores, menguaba los ánimos de ataques, bajando el ritmo pues nadie asumía el mando.
No obstante la diferencia con los grupos traseros era grande, por lo que todo se jugaba en este grupo, que ya en la costa se había reducido a unos sesenta ciclistas.
Sin embargo uno de los puntos clave de la marcha sería en este terreno, pues cuajaría una fuga de cuatro corredores, todos ellos portugueses.
Los escapados irían acumulando desgaste por el viento, pero también ampliando su ventaja, que se iba disparando con el paso de los kilómetros.
Aquí llegarían los fugados con una ventaja superior a los cinco minutos, mientras por detrás se aceleraba de nuevo en la aproximación.
Un pletórico Raúl Portillo, que venía de vencer en la famosa Quebrantahuesos, así como en alguna otra marcha más en la que había participado, abría gas prácticamente desde el principio, y el grupo delantero se iba desmembrando rápidamente.
Al final del puerto, solo el profesional Alejandro Marqué quedaba a rueda de un descomunal Portillo, que ya había dejado atrás a dos portugueses que habían cedido de la fuga de cuatro.
Tras ellos, quedaban varios grupos de pocas unidades, que trataban de asegurar psoiciones por lo que todos rodaban rápido hasta Ézaro.
En uno de estos grupos, rodaban Plaza, Almela y Robles, que se manejaban entre los puestos 30 y 40 en su grupo de unas diez unidades. Sergio Verdú marchaba algo más retrasado.
El más fuerte era el profesional portugés David Vaz, que imponía su fuerza en esta subida final, aventajando en más de un minuto a su compatriota Rui Sá.
Raúl Portillo llegaba hasta la tercera posición, siendo además el más rápido en el Mirador de Ézaro, y mejor corredor nacional, doblegando en estas duras rampas a todo un profesional como Marqué, que era cuarto.
Entre los veinte primeros, muchos corredor profesional o ex-profesional, lo que da idea del nivel de la prueba, siendo el vencedor el año pasado, el triatleta Gómez Noya, 21º.
Javier Almela era el mejor de los "levantinos", haciendo valer su explosividad para arriba, y finalizando 34º, por delante de Plaza, 39º y Robles, 42º.
Algo más tarde entraba en meta en otro grupo Sergio Verdú, en la posición 60, mientras que su compañero Antonio Verdú, que venía mucho más rezagado, era 128º.
Todos estos corredores conseguían su objetivo de clasificarse para el próximo mundial master, que se disputará en septiembre en Varese, Italia.
Gran actuación del escalador alicantino, que se filtraba con solvencia en el grupo de los grandes, y tiraba de sufrimiento para hacer una gran ascensión al largo peurto de Paxareiras, donde ya controlaba estar entre los mejores de su categoría.
El puerto final, sin el desarrollo adecuado para unas rampas tan duras, pero con calculadora en mano, fue sufrido para Robles que llegaba al límite de sus fuerzas a meta, con la grata sorpresa de recibir la medalla UCI clasificatoria tras cruzar la línea.
A pesar del cansancio de haber disputado el 24 horas de Cheste, Robles pudo completar una gran actuación, marchando siempre muy cerca de los grandes y consiguiendo el objetivo de la clasificación.
Los ciclistas ofrecían unas imágenes increíbles en la ascensión al Mirador de Ézaro, pero tras finalizar les esperaban todo facilidades.
Aparcamientos preparados, duchas, aparcamientos vigilados de bicicletas, y una gran zona para comer todos juntos, con un gran ambiente en todo momento.
2. Rui Sá (Independiente), a 1m03s
3. Raúl Portillo (Norinver Cycling Team), a 1m40s
4. Alejandro Marqué (Sporting Tavia), a 1m53s
5. Carlos Gomes (Sintra CC), a 2m51s
6. Luis António Machado (Independiente), a 3m32s
7. Jacobo Ucha (Mahia), a 4m47s
8. Nuno Torres (Secai), a 4m51s
9. Ion Zeberio (Beti-Gazte), a 4m54s
10. Nuno Manso (Viveiros Vitor Lourenço), a 5m22s
21. Javier Gómez Noya (Independiente), a 6m14s
34. Javier Almela (Multiesport UC Montgó), a 11m05s
39. Ángel Plaza (Gsport Alma Wagen), a 12m32s
42. Jesús Robles (Express Car ULB Crevillent), a 13m21s
60. Sergio Verdú (Automóviles Gomis BSP), a 16m49s
64. Gustavo César Veloso (W52-FC Porto), a 17m13s
128. Antonio Verdú (Automóviles Gomis BSP), a 34m30s
Página de Facebook, de Gran Fondo Ézaro
Clasificaciones completas, en My Race Result
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| Vista aérea de la zona de salida. Imagen cortesía de la organización |
Valoración del Gran Fondo Ézaro 2018
Para esta marcha ciclodeportiva, la edición de este año supone un paso adelante, al formar parte por primera vez de las pruebas clasificatorias del mundial master.Debido a esto, muchos corredores de la categoría se desplazaban hasta la Costa da Morte para disputar la marcha y tratar de obtener la clasificación.
Sin embargo la marcha no cambiaría su esencia, basando el atractivo de la prueba en un recorrido absolutamente espectacular por la quebrada costa gallega y sus duros puertos, tan cercanos al mar, que desde la cima siempre es visible.
Las exigencias de la UCI, que homologa estas pruebas clasificatorias que se disputan por distintos puntos del mundo, obligaba a la organización a ser más exquisitos si cabe con las medidas de seguridad.
Un excelente trabajo en este sentido, además perfectamente conjugado con la labor de una colaborativa guardia civil, que hacían que en el transcurso de la prueba todo estuviera bajo control.
Gran labor también en las instalaciones de meta, con carpas, zona de comida, bar, podiums, duchas, e incluso aparcamiento seguro para bicicletas.
Y qué decir de la sede, Ézaro, una localidad preciosa, con unos parajes y vistas inolvidables para los participantes y sus acompañanantes.
Recorrido selectivo al principio, determinante al final
Aproximadamente 140 kilómetros de recorrido, con los primeros 20 neutralizados, para acumular casi tres mil metros de desnivel. |
| Perfil del Gran Fondo Ézaro, edición 2018 |
Un recorrido que se podría desgranar en tres partes diferenciadas. La primera de ellas, tras la neutralizada, una zona de repechos sin grandes desniveles, pero que claramente iba a seleccionar el pelotón delantero.
Una segunda zona bordeando la costa, aparentemente llana, pero minada de repechos, que haría que se formasen grupos y se estableciesen diferencias entre ellos.
Y la parte final, encadenando los puertos de Paxareiras y Mirador de Ézaro que definirían a buen seguro la prueba.
El primero de ellos, Paxareiras, con casi 8 kilómetros al 6% de desnivel, siendo la segunda parte más dura y constante.
Y el Mirador de Ézaro, final de etapa, famoso por haber sido ascendido en la Vuelta a España, con algo menos de dos kilómetros al 13%, con unas rampas en la parte central que llegaban a superar lo inimaginable, ¡el 30%!
También muchos participantes optarían por una versión reducida de la marcha, que eliminaba parte de los kilómetros de costa y la ascensión al puerto de Paxareiras, para aforntar directamente la subida final al Mirador de Ézaro.
Participación con mucho nivel
Entre los inscritos muchos profesionales y ex-profesionales, de varias generaciones distintas, incluyendo a corredores de la talla de Alejandro Marqué, Gustavo César Veloso, que optaban por la ruta larga, y otros más veteranos como Marino Lejarreta, Carlos Sastre y Marcos Serrano, que optaban por la corta.También un buen número de profesionales y sub-23 portugueses, menos conocidos para el público español, pero que aportarían un nivel altísimo a la prueba.
Por otro lado, despertó mucha expectación la presencia del que fuera vencedor en la anterior edición, el triatleta local de fama mundial Gómez Noya.
Con motivo de la clasificación para el mundial, hubo una buena representación de corredores master de la zona Levante.
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| Plaza, Almela y Robles, en línea de salida de la prueba. |
El Express Car ULB Crevillent acudía con uno de sus escaladores, Jesús Robles, que una semana después de proclamarse subcampeón de España de ultrafondo, cambiaba totalmente el chip y trataba de adecuarse a las circunstancias de esta prueba.
Buena representación también del Multiesports UC Montgó, que traía a su líder Javier Almela, así como a su veterano compañero Koldo, dispuestos a dar guerra en sus repesctivas categorías.
Otro equipo que apostaba fuerte por la clasificación era el Automóviles Gomis, que a la presencia asegurada en el mundial de Santateresa por su condición de campeón nacional, buscaba añadir la de Sergio Verdú y Antonio Verdú.
Y por otro lado, el Gsport Alma Wagen también tenía presencia con un corredor que es un seguro de vida, como Daniel Plaza.
Salida muy nerviosa
En torno a los 1.400 participantes tomarían la salida en la marcha, con ciclistas de todas las edades, sexos y niveles de preparación.La organización los agrupaba en la salida por grupos de edades, para tratar de aminorar el peligro en los primeros kilómetros, que en cualquier caso iban a ser neutralizados.
Una vez dado el pistoletazo de salida, a un ritmo controlado, empezaba la tensión en el grandísimo pelotón, con muchos corredores tratando de abrirse paso.
Esto provocó algunas caídas innecesarias, por enganchones y afiladores, aunque al parecer careciendo de gravedad todas ellas por suerte.
En uno de estos incidentes se vio involucrado el corredor de Express Car, Jesús Robles, que tras tambalearse sobre la bici, acababa en una zona de cuneta con zanja, afortundamente para él de hierba, donde podía echar el pie a tierra y reincorporarse.
Tras los primeros kilómetros neutralizados se daría la salida, siendo el complicado paso por la localidad costera de Muxía, al igual que en la anterior edición, el punto de partida de las hostilidades.
La selección se hace rápido
Al estrecho, serpenteante y sinuoso paso por la citada población de Muxía, el grupo se estiraba, con el problema añadido de que nada más salir de esta población a nivel del mar, los ciclistas debían afrontar un largo tramo ascendente de repechos.Los corredores portugueses tomaban el mando del pelotón y se empezaba a subir a toda velocidad, lo que provocaba numerosos cortes.
Rápidamente el grupo delantero quedaba seleccionado y pasaba de 1.400 a menos de 70 corredores.
Entre ellos se encontraban todos los favoritos, y todos nuestros representantes de la zona levantina, a excepción de Antonio Verdú, que acababa hincando la rodilla y quedaba encuadrado en un segundo grupo.
Almela, que empezaba mal colocado, debía emplearse a fondo para poder conseguir entrar en este grupo selecto.
Robles, Verdú y Plaza se mostraban muy sólidos, aguantando por el momento sin problemas el ritmo que marcaban los profesionales.
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| Mucha velocidad en la primera parte del recorrido. Imagen cortesía de la organización. |
Viaje por la Costa da Morte
Una vez hecha la selección el ritmo del grupo bajaba un poco y los corredores respiraban.No obstante se seguían sudiendo ataques en algunos repechos, aunque sin éxito.
Cuando se entraba en la zona de costa, el viento que soplaba frontal a los corredores, menguaba los ánimos de ataques, bajando el ritmo pues nadie asumía el mando.
No obstante la diferencia con los grupos traseros era grande, por lo que todo se jugaba en este grupo, que ya en la costa se había reducido a unos sesenta ciclistas.
Sin embargo uno de los puntos clave de la marcha sería en este terreno, pues cuajaría una fuga de cuatro corredores, todos ellos portugueses.
Los escapados irían acumulando desgaste por el viento, pero también ampliando su ventaja, que se iba disparando con el paso de los kilómetros.
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| Un momento de respiro... para Almela, Plaza y Robles. |
El puerto de Paxareiras define la carrera
Este largo pero duro puerto sería importante para el devenid de la prueba.Aquí llegarían los fugados con una ventaja superior a los cinco minutos, mientras por detrás se aceleraba de nuevo en la aproximación.
Un pletórico Raúl Portillo, que venía de vencer en la famosa Quebrantahuesos, así como en alguna otra marcha más en la que había participado, abría gas prácticamente desde el principio, y el grupo delantero se iba desmembrando rápidamente.
Al final del puerto, solo el profesional Alejandro Marqué quedaba a rueda de un descomunal Portillo, que ya había dejado atrás a dos portugueses que habían cedido de la fuga de cuatro.
Tras ellos, quedaban varios grupos de pocas unidades, que trataban de asegurar psoiciones por lo que todos rodaban rápido hasta Ézaro.
En uno de estos grupos, rodaban Plaza, Almela y Robles, que se manejaban entre los puestos 30 y 40 en su grupo de unas diez unidades. Sergio Verdú marchaba algo más retrasado.
Imágenes espectaculares en el Mirador
Este puerto final, con sus cada vez más famosas rampas de hasta el 30% no marcaría tanto la carrera por su escasa longitud, pero sí ofrecería unas imágenes espectaculares de los ciclistas ascendiendo.El más fuerte era el profesional portugés David Vaz, que imponía su fuerza en esta subida final, aventajando en más de un minuto a su compatriota Rui Sá.
Raúl Portillo llegaba hasta la tercera posición, siendo además el más rápido en el Mirador de Ézaro, y mejor corredor nacional, doblegando en estas duras rampas a todo un profesional como Marqué, que era cuarto.
Entre los veinte primeros, muchos corredor profesional o ex-profesional, lo que da idea del nivel de la prueba, siendo el vencedor el año pasado, el triatleta Gómez Noya, 21º.
Javier Almela era el mejor de los "levantinos", haciendo valer su explosividad para arriba, y finalizando 34º, por delante de Plaza, 39º y Robles, 42º.
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| Jesús Robles (Express Car ULB Crevillent), en la ascensión al Mirador de Ézaro. |
Algo más tarde entraba en meta en otro grupo Sergio Verdú, en la posición 60, mientras que su compañero Antonio Verdú, que venía mucho más rezagado, era 128º.
Todos estos corredores conseguían su objetivo de clasificarse para el próximo mundial master, que se disputará en septiembre en Varese, Italia.
El Express Car ULB Crevillent estará de nuevo en el mundial.
Si el año pasado Israel Martínez y Chris Hazael conseguían la clasificación para el mundial, este ño es Jesús Robles quien lo consigue.Gran actuación del escalador alicantino, que se filtraba con solvencia en el grupo de los grandes, y tiraba de sufrimiento para hacer una gran ascensión al largo peurto de Paxareiras, donde ya controlaba estar entre los mejores de su categoría.
El puerto final, sin el desarrollo adecuado para unas rampas tan duras, pero con calculadora en mano, fue sufrido para Robles que llegaba al límite de sus fuerzas a meta, con la grata sorpresa de recibir la medalla UCI clasificatoria tras cruzar la línea.
A pesar del cansancio de haber disputado el 24 horas de Cheste, Robles pudo completar una gran actuación, marchando siempre muy cerca de los grandes y consiguiendo el objetivo de la clasificación.
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| Jesús Robles, muy contento, tras saberse clasificado para el mundial. |
Gran fiesta tras la prueba
Hay que felicitar a la organización, que preparó una gran fiesta para todos los asistentes tras la finalización de la marcha.Los ciclistas ofrecían unas imágenes increíbles en la ascensión al Mirador de Ézaro, pero tras finalizar les esperaban todo facilidades.
Aparcamientos preparados, duchas, aparcamientos vigilados de bicicletas, y una gran zona para comer todos juntos, con un gran ambiente en todo momento.
Resultados e información de interés
Clasificación Gran Fondo Ézaro 2018
1. David Vaz (Reabilitar Viana), 4h13m14s2. Rui Sá (Independiente), a 1m03s
3. Raúl Portillo (Norinver Cycling Team), a 1m40s
4. Alejandro Marqué (Sporting Tavia), a 1m53s
5. Carlos Gomes (Sintra CC), a 2m51s
6. Luis António Machado (Independiente), a 3m32s
7. Jacobo Ucha (Mahia), a 4m47s
8. Nuno Torres (Secai), a 4m51s
9. Ion Zeberio (Beti-Gazte), a 4m54s
10. Nuno Manso (Viveiros Vitor Lourenço), a 5m22s
21. Javier Gómez Noya (Independiente), a 6m14s
34. Javier Almela (Multiesport UC Montgó), a 11m05s
39. Ángel Plaza (Gsport Alma Wagen), a 12m32s
42. Jesús Robles (Express Car ULB Crevillent), a 13m21s
60. Sergio Verdú (Automóviles Gomis BSP), a 16m49s
64. Gustavo César Veloso (W52-FC Porto), a 17m13s
128. Antonio Verdú (Automóviles Gomis BSP), a 34m30s
Enlaces de interés
Página oficial del Gran Fondo ÉzaroPágina de Facebook, de Gran Fondo Ézaro
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